Segundo libro de la saga Insaciable
Sinopsis: Meena Harper tiene un don especial, pero es sólo ahora que alguien
alguna vez lo valora. La Guardia Palatina —una poderosa unidad secreta
caza demonio del Vaticano— la ha contratado para trabajar en su nueva
sucursal en el Bajo Manhattan. Con la capacidad de Meena para predecir
cómo cada persona que conoce va a morir, el Palatino finalmente tiene
una oportunidad contra los muertos vivientes.
Claro, su ex novio
fue Lucien Antonescu, el hijo de Drácula, príncipe de las tinieblas.
Pero eso fue antes de que él (y su relación) ardiera en llamas. Ahora
Meena ha renunciado a los vampiros para siempre... por lo menos hasta
que pueda probar su teoría de que sólo porque han perdido sus almas no
quiere decir que sean demonios que han perdido la capacidad de amar.
Meena
sabe que convencer a sus compañeros de trabajo —incluyendo a su
compañero, el cazador Über-demonio Alaric Wulf— que los vampiros pueden
ser redimidos no será fácil... sobre todo cuando una nueva amenaza
mortal parece no poner en peligro la vida de tan sólo el Palatino, sino
también de los amigos y familia de Meena.
Pero Meena no es la
única esperanza del Palatino. El Padre Henrique —conocido como Padre
Caliente— el más joven sacerdote y con más encanto de la Cuidad de Nueva
York, también ha sido asignado al caso.
Así que, ¿por qué Meena —o incluso Alaric— no confía en él?
A
medida que empieza a desentrañar la verdad, Meena encuentra que su
lealtad está prueba, sus verdaderos sentimientos al descubierto... y las
tentaciones que ni siquiera imaginaba que existían, son imposible de
resistir.
Esta vez, Meena finalmente puede haber mordido más de lo que puede masticar.